Nos hemos convertido en testigos directos o indirectos y, en el peor de los casos, en protagonistas de un fenómeno de carácter multidimensional cuya conceptualización se sintetiza en un término con el cual nos hemos ido familiarizado poco a poco: me refiero al “bullying”.
Este término fue utilizado en 1970 por el Dr. Dan Olweus(1) para referirse a todo acto de intimidación en el ambiente escolar.
(1) En la década de 1970, el Dr. Dan Olweus inició la primera investigación mundial intimidación sistemática. ha pasado varias décadas investigando el tema de la intimidación para ayudar a proteger a los niños en las escuelas y aplicación de valores.
En español, el bullying es aquel que en su carácter de adjetivo califica a un sujeto como matón, amedrentador. Y el bullying, como acto en sí, se traduce como intimidación y abuso.
Estas definiciones nos remiten directamente a otra palabra, el término PODER.
Haciendo un juego, una especie de “ping pong” con jóvenes y adultos, hemos dado con muchas palabras que denotan el alto valor negativo del término “poder”: abuso, control, corrupción, dominio, sometimiento, imposición, dolor, etc. Pero omiten el otro significado de la palabra, aquel que hace referencia a las habilidades, capacidades o facultades de un sujeto para llevar a cabo una determinada acción.
Este juego inocente devela en parte el imaginario social de nuestra sociedad actual y nos posiciona en un lugar opuesto a otras sociedades menos individualistas, materialistas, modernas y occidentales…
Michel Foucault describió al poder como una “relación asimétrica” constituida por dos entes o elementos: la autoridad y la obediencia, en los cuales quedan determinados indefectiblemente los “dominantes”, por un lado, y los “dominados”, por el otro.
Si pensamos en esta última definición, el interjuego entre estos dos entes lo encontramos presente en cada uno de nuestros ámbitos sociales: la familia, el trabajo, el barrio, el club y, claramente, la escuela: todos aquellos espacios de interacción social en los cuales estos roles se establecen naturalmente. La asimetría no necesariamente debe tener una connotación negativa sino que puede adquirir validez y legitimación axiomática en cuanto promuevan a partir de la inter-acción lugares de desarrollo, crecimiento, creatividad y evolución. Pero aquel poder que tan solo instala diferencias y sometimiento no puede considerarse como VALOR ya que conduce tan solo a la denigración del hombre y/o de la sociedad toda.
Lamentablemente vivimos en una sociedad y en un tiempo particular en donde el PODER es tomado como “ventaja”; el poder es ejercido para sacar provecho personal o grupal (económico, político, psicosocial, etc.) frente a la vulnerabilidad, desventaja y sumisión de un otro/semejante.
La sensación de sentirse “poderoso” va invistiendo a los sujetos con aires de omnipotencia y sobreestimación de sí mismos que promueven consecuentemente la desvalorización de los otros en pos del propio beneficio o del placer (obviamente, patológico).
¿Qué hay detrás del bullying? Indudablemente muchos factores operan como detonantes de este fenómeno pero sin dudas la transformación o la pérdida de ciertos valores son fundantes.
Deberíamos plantearnos en qué fallamos como padres, como educadores y como sociedad para que el bullying se instale, se replique y se convierta hoy día en un fenómeno “de moda” entre nuestros niños y jóvenes.
Pero además de reflexionar y plantear las fallas se requiere de medidas objetivas, viables y concretas (a nivel micro y macro social) para que estas conductas y actitudes vayan revirtiendo con el correr del tiempo y se extinga en las próximas generaciones.
El desafío es importe… llevarlo a cabo es imprescindible y primordial.
La balanza axiomática está desequilibrada. Es necesario encontrar el equilibrio a través de mecanismos de promoción, prevención e intervención.
¿Qué estrategias podemos pensar y poner en juego dentro del ámbito escolar?
- Junto con los jóvenes repensar y reflexionar acerca de sus ideales, sueños, creencias y aspiraciones para desentrañar algunos de los motivos que desencadenan el bullying y se conjugan y cristalizan en él.
- Brindar desde el ámbito educativo herramientas claras, concretas y realizables para reorientar el comportamiento y favorecer, a futuro, la realización personal y social.
- Trabajar los VALORES como eje transversal a través de encuentros vivenciales de interacción con los otros, por y para los otros (voluntariado, convivencias, talleres, etc.).
- Habilitar espacios para trabajar las habilidades sociales con los niños y jóvenes.
- Generar encuentros de capacitación para las familias.
Redescubrir el valor del PODER en tanto HABILIDAD, FORTALEZA Y CAPACIDAD para la realización personal y social del sujeto
Lic. Raquel Gómez
Musicoterapeuta– Docente
Equipo Musicante